16 julio 2007

Chapter XVIII: Madre

Capítulo Primero

Capítulo Anterior

-Espérame un poco Fran – me dijo Sara el escuchar el llamado de su madre.

Habíamos estado hablando por teléfono durante un largo rato. Aquella semana no quise recibirla en mi casa ni tampoco atender sus llamadas. Pero no podía seguir evitándola, por mucho que fingiera estar enferma solo terminaba preocupándola más y más, y no quería que descubriera que solo era una farsa.

Mientras me hundía en mis pensamientos Sara tomó el teléfono.

- ¿Cómo se supone que no me tengo que ilusionar si esta al frente de mi casa invitándome a salir? – dijo refiriéndose a Héctor.

- Si el mundo te ilusiona tanto solo espero que no te haga aterrizar… – murmuré.

- ¿Cómo? ¿Qué dijiste?

- Nada, olvídalo, sólo ve y diviértete.

- Eso haré – y luego de una pausa preguntó – ¿Vas a ir el lunes a clases?

- No sé, todo depende de cómo me encuentre.

- De seguro te mejorarás – me animó –, nos vemos

- Eso espero, cuídate.

Al colgar el teléfono me cubrí con las sábanas y continué con mi día. Llevaba toda la semana de la misma forma, con la única persona que interactuaba era mi madre. Me daba la impresión que mi padre estaba avergonzado de lo que había hecho, nos estábamos evadiendo mutuamente. Intentaba convencerme de que ese día le había pasado algo, de que ese día no se iba a volver a repetir.

Estaba a punto de volver a quedarme dormida cuando alguien me empezó a sacudir. Era mi madre

- ¿Hasta cuando pretendes estar en tu cama?

- Pero si es temprano… – siseé.

- Son las tres de la tarde Francisca, no haz bajado ni a almorzar.

- No tengo hambre…

- Si no comes te morirás de hambre.

- No importa.

- No hay remedio – se lamentó mi madre – ¿Quieres ir de compras?

- No gracias.

- No tienes por que seguir fingiendo – dijo tajantemente; esas palabras me llegaron –, tarde o temprano tendrás que salir, además estaba en oferta ese abrigo que tanto te gustó.

- ¿Ese que salía en la revista de la semana pasada? – pregunté para seguir el tema.

- El mismo.

- Esta bien, vamos.

De hace meses que no salía a comprar de esa forma con mi madre. Se me había olvidado lo entretenido que podía ser. Las últimas veces había sido un poco tedioso, pero ahora tenía que seguirle el juego y estar animada, o sino comenzaba a hablar de mi farsa.

Ese día me convenció de que volviera a clases.

Ese día me comentó lo que raro que había estado mi padre.

Ese día me dijo que Rogelio, mi hermano que me antecedió, volvía de Concepción por el siguiente fin de semana. De hace tiempo que no lo veía, y ya me estaba acostumbrando a ello.

02 julio 2007

Chapter XVII: Ira

Capítulo Primero

Capítulo Anterior

Siempre he tenido empatía para cierto tipo de cosas. Ante cualquier problema de otra persona intentaba hacerme la indiferente o la madura, pero frente a la perdida de un ser querido no podía mantener esa postura. Simplemente no podía resistir la perdida de un ser querido, con el solo pensarlo mis ánimos se iban al suelo.

Y esta vez no había sido la excepción, el solo recordar como lo vi aquel día me hizo sentir mal.

Al verme, Antonio me abrazó y dijo:

- No te preocupes, todo esta bien

- ¡¿Por qué mientes?! – dije saliendo de sus brazos – ¡Se que te hice mal, se que te sentiste mal, por qué no puedes ser más honesto contigo y los que te rodean! – terminé diciendo cuando comenzó a sonar el teléfono.

- ¿Aló? – dijo al contestar – Sí con él.

Me miró de reojo y prosiguió.

- Sí, no se preocupe, está aquí.

Colgó el teléfono como si nada. Era evidente que mi padre había llamado (lo odié por eso) y también era obvio que Antonio me había engañado para que entrara a su casa. ¿Por qué lo había hecho? ¿Acaso quería hablar? ¿Por qué no era capaz de decirme las cosas?

No lograba entenderlo y en ese momento no me interesaba intentar hacerlo. Estaba decepcionada al ver que me había engañado, y más aún, al ver que se hacía el indiferente.

Antonio se comenzó a acercar para retomar la conversación como si nada; eso me indigno aún más así que me dispuse a salir imprudentemente de su casa, arremetiéndolo en el trayecto. Al momento de cerrar su puerta me detuvo.

- Mentiroso – le dije y cerré la puerta en su cara.

Había comenzado a deambular por el barrio. No podía dejar de pensar en lo ocurrido con Antonio últimamente. Primero había sido mi culpa y me daba vergüenza verla de frente; después el no para de decirme que se encuentra bien negándose a si mismo para luego aprovecharse de mi relación con mi padre para tenerme en su casa. No quería pensar los motivos.

De pronto sentí una mano sobre mi hombro y no tardé en lanzar un grito.

- Vamos a casa – era mi padre; me pregunté su Antonio le había avisado.

- ¡Papá! No me asustes así –sisee.

- No deberías estar caminando a estas horas, sabes que no me gusta.

El tono de voz de mi padre era fuera de lo común, estaba forzando a su voz que se relajara. No dije ni una sola palabra durante el camino a casa y mi padre tampoco, me dio la impresión que estaba más enojado de lo normal.

Al llegar a nuestra casa reino un silencio rotundo, silencio que se rompió con mi intento de irme a mi pieza.

- No te he dado permiso para retirarme.

- Solo iba a dormir.

- Y solo ibas donde Antonio.

- Necesitaba despejarme, caminar un poco.

- ¿Y si te ocurría algo? ¿Acaso no piensas en eso?

- ¡Sí, sí lo pienso! ¿Crees que no se cuidarme? – respondí cada vez más alterada.

- ¡No me levantes la voz! ¿Qué hubiese pasado si no hubiese sido yo quien te toco el hombro?

- ¡Siempre quedas en “que pasa si”! ¡Nunca me ocurre algo por que no me dejas vivir! ¡Te odio!

En ese momento mi padre hizo algo que no había hecho nunca. Por más que discutiéramos siempre quedaba en lo mismo, yo estaba acostumbrada a gritar y levantarle la voz, pero creo que aquél día se me paso la mano. Y a él también, lo que hizo no tiene justificación.


Aquel día mi padre me pegó.


No fui al colegio en toda esa semana y no deje que me visitaran.

Me hice la enferma.

19 junio 2007

Chapter XVI: Culpa

Capítulo Primero

Capítulo Anterior

- Francisca, mírame a los ojos.

- No puedo.

- ¿Por qué?

- Por lo que te hice…

- No me haz hecho nada

- … te hice sufrir.

- No me haz hecho sufrir.

- ¡Por que mientes! – le recriminé mientras lo comenzaba a mirar - ¿Por qué no puedes ser más honesto con los demás? Herí tus sentimientos, te hice sufrir, te vi derramar lágrimas… nunca te había visto una en toda mi vida…



¿Por qué tuvo que terminar ese día así?

Intente varias veces consolarme auto convenciéndome de que no era mi culpa, que era culpa de él por no contarme nunca. Pero de igual forma fui cruel, de igual forma podría haberme percatado de ello y preguntar… solo preguntar…



Luego de terminada la película fuimos a comernos un nutritivo almuerzo en los locales de comida rápida. Antonio amaba ir a comer al Doggi’s y era una de las pocas cosas que no era capaz de transar. Todo iba normalmente hasta que me acordé que el cumpleaños de mi padre se avecinaba.

- ¿Luego podemos ir a vitrinear? – le pregunté.

- Por supuesto, así hacemos algo de tiempo.

Estuvimos viendo cosas durante unos quince minutos antes de que Antonio se comenzara a aburrir y me preguntara para quien era el regalo. Yo le respondí que era para mi padre, que en unos días él estaría de cumpleaños. Solo suspiro.

Varios minutos después nos sentamos en una banca del centro comercial. Ya estamos un poco agobiados de buscar algún presente.

- ¿Por qué buscas tanto un buen regalo? – preguntó Antonio – Podrías darle una corbata y ya.

- Siempre es así – respondí –, quiero que este año sea especial.

- Siempre te quejas de él, dices que le odias.

- Lo odiare pero de todos modos es mi padre.

- Querer un buen regalo para quien odias, eso es casi ser hipócrita.

- ¡No es ser hipócrita! Solo quiero darle un bonito regalo.

- Pero…

- ¡Por que te molesta que le de un regalo! Por lo menos yo tengo padre, el tuyo pareciera que no existiera…

Me comencé a detener al ver el rostro de Antonio, fue en ese momento cuando me di cuenta de lo que estaba diciendo. Su padre era un hombre de negocios que generalmente no estaba en la casa de ellos. Cuando volvía a Chile sus visitas duraban son suerte un fin de semana. Yo no lo veía de hace por lo menos un año.

- Mi padre murió hace unas semanas atrás – dijo lentamente – No les dije, a Sara ni a ti, que había vuelto del extranjero ni menos que había fallecido…

- Yo… - balbuceé, sentía que había hecho más daño del que creí en un momento -no sé que decir.

- No digas nada…

Antonio se llevo las manos al rostro y comenzaron a salirle lágrimas. Nunca lo había visto así, me sentía terrible. Fue como destruirlo a propósito.

Intente consolarlo, pero con un movimiento de su brazo rechazó mi oferta. Entre medio de sollozos intento decirme algo. No estoy seguro que dijo, pero entendí un “déjame solo, por favor”.

- Yo… – comencé a decir mientras me iba – lo siento.

Una frase...



Quiere saber la hora?

Acerca de mi...

  • Fean


Quiere saber más?... visite el Perfil Público


free web counter
Personas Se Han Encontrado
Con Esta Mierda De Blog


Blogalaxia
Potenciado por Blogger
& Blogger Templates