Chapter I: Mi nombre es...
pero weno....
Parte Uno
Preliminares
- Permiso – dije retirándome del almuerzo “familiar” – Me voy a mi cuarto.
- ¡Señorita! ¡Usted no va a ningún lado! – gruño mi padre y sin tomarle atención seguí mi camino.
Ya estaba harta, era viernes y el lunes comenzaban la temporada escolar. Desde que mi padre supo que el colegio iba a comenzar no paraba de referirse a mi situación anterior y como este año tenía que mejore ¡Y ni siquiera comenzaban las clases! Y tampoco fuese que me haya ido tan mal, solo que mi padre tenía el concepto de que yo debería ser como mis dos legendarios hermanos mayores en el asunto escolar. Lo único que me podía salvar de aquellos sermones era el pasar con un promedio superior a un seis tres, de lo cual ya había desistido hace algunos años.
Al llegar a mi cuarto me deje caer como un saco de papas en mi querida cama (es más, se escucho como uno) y me puse a pensar como desperdiciaba las últimas horas que me quedaban antes de comenzar con la rutina de siempre así que no hallé nada mejor que tomar el teléfono y llamar a mi amiga Sara.
- ¿Aló?
- ¡Hola Sara!
- ¿Cómo estas?
- Eh, sí bien, pero ¿Qué necesitas? Estoy ocupada.
- ¿Qué sucede? ¿Acaso no puedo perder el tiempo por teléfono con mi mejor amiga?
- Sí, pero me pillaste en mal momento, ahora mismo voy saliendo.
- Ah verdad, ibas a salir con Antonio…
Antonio era un joven que vivía cerca mi hogar. Él, yo y Sara nos juntábamos ocasionalmente para perder nuestro tiempo. Este verano Antonio había conseguido trabajar por el verano y junto con Sara lo persuadimos para que nos llevará a algún lado. Él accedió llevarnos al cine pero a las dos por separado (según él para ver películas distintas). La semana anterior salí yo con él, ahora le tocaba a Sara.
Mientras me acordaba de aquello Sara me respondió.
- ¿Antonio? ¡Tienes razón! Lo había olvidado.
- Mmm…
- ¡Es en serio! es más, ahora mismo voy a salir con mi familia a la costa por el fin de semana. – se excusó Sara
- ¿Y que va a pasar con Antonio? – le pregunte.
- Este, ¿le puedes decir que yo no voy a poder ir?
- Está bien, yo le digo. – le dije sin que pareciera importante.
- ¡Gracias! Además así puedes ver si lo convences que te lleve contigo.
- Tienes razón, puede ser una buena idea.
- Ya, me tengo que ir, me están empezando a regañar.
- Ok Cuídate.
-Chao.
-Nos vemos.
Por muy enojado que estuviese mi padre era difícil que no me dejara salir con Antonio. Él y yo éramos amigos desde la infancia y mi padre creía que era una persona de fiar. Le tenía mucho cariño y confianza y siempre estaba diciendo que yo debería aprender de él.
La idea de salir con Antonio me animó un poco, así que tome el teléfono y le dije que Sara no podía asistir y que yo tomaría su lugar. A Antonio no le pareció importarle mucho y accedió.
Ahora estaba más tranquila, podría aprovechas mejor mí tiempo. Me fui a tender a mi cama y mientras me encontraba observando la blancura de mi techo mi madre se asomó por la puerta de mi cuarto y dijo:
- Francisca, Felipe Antonio vino a buscarte.