-Este... ¿Hacía donde iba? – dije y saque un papel de “bolsillo”. Comencé a desenvolverlo y pareciendo turista en mi propia ciudad comencé a mirar que recorrido tenía que realizar; iba a la casa de Víctor.

“Veamos, tomo esta local, trasbordo al metro, me bajo en el Salvador y luego… – comencé a jugar con mi dedo hasta que encontré el recorrido que me servía – tomó la 106 y camino un poco… creo.

Estaba un poco perdida, yo solo sabía llegar del colegio a mi casa y viceversa (y ocupar metro), ahora tenía que llegar por lugares que no conocía solo con la ayuda un mapa de “bolsillo” a mano, y todo por un trabajo de artes.

Si, un trabajo de artes, de todos modos estaba emocionada pero ya con solo sacar mi mapita se me fueron los ánimos totalmente, ahora estaba más preocupada de no perderme en mi propia cuidad.

Aun no podía olvidar la cara de la Fran cuando supo cual era su pareja de trabajo.

- Que es tonto, no creo que esa haya sido una respuesta.

- ¿Eso crees?

- Y tú también, no creo que esa haya sido la mejor forma de hablarle. Son un par de tontitos enamorados.

- Simpática – le dije con un leve tono de sarcasmo.

- ¿Me lo vas a negar?

- No, pero de todos modos tú fuiste la que me incentivo a hablarle.

- Pero no de esa forma, yo no haría eso.

- Ese es el problema, yo no soy tú.

- Señorita Gutiérrez, ¿me deja continuar la clase? – nos interrumpió la profesora.

- Sí profesora – le dije

- Y como iba diciendo el trabajo será de a dos personas, –continuó la profesora – van a tener que utilizar todo lo que aprendieron los años pasados y hacer un modelo habitacional que resalte las características de un ambiente juvenil, que cumpla con todas las necesidades de un universitario actual. El trabajo tiene que ser creativo y novedoso, por ello será de dos personas que designaré yo.

-¿Designar ella? – murmuró Francisca – Tal vez con quien me pueda tocar, no quiero ni pensarlo.

- Pero así es mejor, ya que siempre nos juntamos las mismas personas.

- ¿Acaso te aburriste de mi?

- No quise decir eso yo…

- Sara Gutiérrez, su compañero será Víctor Espinoza.

- ¿Qué? ¿Tienes otra oportunidad? Es como si el destino los quisiese unir – dijo con un aire de envidia.

- Y usted señorita Francisca hará pareja con Antonio.

- ¿Qué? ¿La profesora le dijo Antonio?

- Yo no me preocuparía por eso ya que aquí viene.

- ¿Eh?... Sara no me dejes sola.

Pero yo ya estaba caminando para ir con Víctor.

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