Tarik no lo podía creer. Todas sus esperanzas de un día prometedor se desvanecían con unas simples palabras. Miles de pensamientos invadieron su mente haciéndole ver las posibles cosas que esas palabras podrían conllevar. Su cabeza se encontraba en un torbellino de pensamientos cuando empezó a escuchar gritos y gracias a ello comenzó a volver en sí. Los gritos pronunciaban su nombre y para cuando pudo darse cuenta estaba siendo arrastrado desde un brazo hacia el exterior. Era Abas, su mejor amigo. Él le gritaba y lo arrastraba hacia fuera.

Tarik conoció a Abas en su infancia. Su primer encuentro fue luego de un atentando ocurrido en la capital, los padres de Abas se encontraban realizando unos trabajos y los dos fueron victimas. Abas se encontraba llorando cerca de un río, Tarik al verlo se acerco a él y le contó que él había perdido a su padre anteriormente pero que de todos modos seguía viviendo y ayudaba a su madre en el cuidado del hogar. Abas, luego de algunas horas, logró darse cuenta que podía seguir adelante y concentró todo el cariño de un niño a sus padres hacia su nuevo amigo Tarik.

Pero ahora era Abas quien hacia ver la realidad a Tarik. Cuando este logro volver a tomar noción de la realidad Abas ya lo había arrastrado varios kilómetros más allá. Abas al darse cuenta que su amigo se encontraba más conciente le dijo “Ya sabes que hacer” y corrió por un largo camino de tierra. Tarik al ver a su amigo alejarse se estiró un poco y tomó el camino contrario.

Al llegar a su hogar Tarik se dirigió a despertar a su madre y en una apurada habla le logró explicar lo que estaba sucediendo, su madre solo se limitó a preguntar que era lo que iba a hacer, Tarik le respondió “Luchar por nuestro pueblo”. Tarik llegó hasta su cuarto y levantó su cama, debajo de ella había un arma, la tomó, fue donde su madre, se despidió de ella y se dispuso a salir. Pero su madre lo detuvo.

“Tarik, no vayas” y el muchacho se detuvo en la entrada de la casa. “Por favor, no vayas” dijo su madre y el muchacho seguía de pie en la entrada de la casa. “Eres lo único que tengo, si te pierdo no sabría que hacer” y Tarik se dio vuelta para ver a su madre. Se había levantado de la cama y con mucho esfuerzo se intentaba mantenerse de pie. Su cara demostraba cansancio y sufrimiento. Tarik no podía seguir viendo.

El muchacho dio media vuelta y se dispuso a salir nuevamente pero su madre volvió a suplicar “Por favor, no vayas”. Tarik tenía que seguir adelante así que reunió fuerzas y tomo el valor para enfrentar a su Madre.

“Tengo que ir madre, tengo que salvar nuestro pueblo” replicaba el muchacho pero su madre no desistía. “Hijo, sabes que con una muerte llevarás el peso de toda la humanidad, Dios no te perdonará si lo haces intencionalmente” Su madre había hablado de Dios en el dialogo, eso significaba que no quería que su hijo fuera por nada del mundo. “No me importa si llevo el peso de la humanidad encima, es más importante salvar tu vida” respondió Tarik.

Su madre veía que estaba perdiendo a su hijo y no se le ocurrió mejor manera de detenerlo que hacerlo ella misma. Con todas las fuerzas que le quedaban se apoyó de distintas cosa hasta caer en los brazos de su hijo. Tarik sabía que si se quedaba así no podría hacer nada para hacer entender a su madre que él tenía que ir.

Tarik dejo caer a su madre en el piso, dio media vuelta y comenzó a correr. Desde lejos pudo escuchar la voz de su madre que gritando suplicaba su regreso. No podía dejar de pensar en lo que había hecho y creía que no se podría perdonar por lo ocurridoy con una lágrima recorriendo su mejilla siguió corriendo para encuentrarse con su amigo Abas.

Escrito por Fean on 25 noviembre 2006 a las 12:04 a. m. | Link Directo